LA FILOSOFÍA Y LA CRISIS
Muchas personas piensan que la Filosofía no solamente que es para personas raras, sino también que no sirve para nada útil. Y efectivamente no sirve para nada útil en el sentido material. Los filósofos no inventan ni medicinas ni aparatos que nos hagan la vida más fácil y cómoda, pero sí proporcionan ideas para que otros las inventen. Si Newton no hubiese sido filósofo, además de físico y matemático no hubiera descubierto la Ley de la Gravitación Universal. Cuando vio caer la famosa manzana seguramente que pensaría en la causa de la caída, que pudo ser debida a una ráfaga de viento, o al golpe de una piedra lanzada por alguien, o simplemente porque estaba madura. Pero no se conformó con ninguna de estas posibles causas de la caída porque cualquiera de ellas pudo hacer que la manzana se desprendiera del árbol. Pero una cosa es desprenderse y otra muy distinta caer al suelo. Y esto es lo que hizo que el filósofo citado siguiera buscando la última causa de dicha caída, llegando así a descubrir que debía existir una fuerza que desde el interior de la Tierra atrajese los cuerpos.
He hecho esta introducción para hacer ver que la Filosofía sí sirve, y no solamente para proporcionar las ideas que llevan al descubrimiento de cosas nuevas, que hagan más fácil la vida de los seres humanos, sino que, fundamentalmente, nos enseña también a vivir. Por ejemplo, la vida y la teoría de los distintos filósofos nos pueden ayudar en nuestra vida diaria. En estos momentos estamos atravesando una grave crisis económica y financiera global, y muchos filósofos nos pueden ayudar, imitándolos o aplicando sus teorías, a si no a superarla sí, al menos a que resulte menos traumática a nivel individual. Por no extenderme demasiado, voy a citar solamente a dos de ellos: Sócrates y Espinosa.
El primero, cuando paseaba por las calles de Atenas y veía los productos que se exponía en las tiendas, se extrañaba de la de cosas que los atenienses necesitaban para vivir. Un alumno suyo le regaló una extensa parcela para que se construyera una casa, pero él solamente aceptó el terreno necesario para construirla arguyendo que si quería regalarle piel para unos zapatos, no iba a darle la de un toro entera. Él se conformaba solamente con lo que verdaderamente necesitaba para vivir. Y es que no es más rico el que tiene mucho, sino el que menos necesita. Sócrates, pues, nos enseña a utilizar solamente lo necesario y evitar lo superfluo.
Espinosa, por su parte, rechazó un regalo de dos mil florines de oro que un alumno suyo quería regalarle, alegando que no los necesitaba. Así mismo, rebajó a 300 una pensión de 500 florines que el mismo alumno le otorgó, diciendo que con los 300 tenía suficiente.
Pero no solamente sus vidas nos pueden ayudar, sino también sus teorías, en este caso recurrimos a Aristóteles y su teoría del justo medio. El filósofo griego decía que la virtud está en el medio de dos vicios. Por ejemplo un extremo puede ser la temeridad y otro la cobardía, pues bien, ni uno ni otro son buenos, sino su justo medio que es la valentía. En el caso que nos ocupa en un extremo está el liberalismo salvaje que hemos tenido hasta ahora y en el otro la intervención total del Estado. Es decir, el capitalismo y el comunismo. Los líderes mundiales deberían fijarse en Aristóteles y buscar un punto medio entre ambos para salir de la crisis y establecer un orden nuevo. Pienso que este es el mejor, si no el único, camino para superar esta situación. La Filosofía sí puede ser, por lo tanto, de mucha utilidad.
miércoles, 10 de junio de 2009
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La crisis no es sólo económica, sino que tiene un componente moral y otro social...
ResponderEliminarLo que era normal ahora es anormal, y lo que era anormal ahora es normal...
Pues sí, he llegado a esa conclusión, y eso sin ser nigún sociólogo, ni entendido en tendencias sociales, pero me da la impresión que nuestra sociedad hoy en día avanza hacia el beneplácito de las minorías, es como si existiera una carrera hacia conseguir la minoría más original, quién se aparta más de lo socialmente aceptado para resquebrajar un poco en los cánones comunes y atemporalmente consolidados; a modo de "pues yo voy a seccionarme de lo común", una serie de tendencias y corrientes de nuevas costumbres y pensamientos se abre paso; cada día nuevas sorpresas haciendo gala del potencial imaginativo de nuestro cerebro (que a la larga será la parte de él más desarrollada en el ser humano).
Se da la paradoja, además, que todas éstas nuevas minorías, suelen indignarse desmesuradamente cuando, en principio, no son aceptadas por la novedad de su ideología, cuando precisamente, es lo que buscan: romper con la normalidad, chocar con lo establecido...
No sólo atacan lo establecido, sino que después de romper las barreras, EXIGEN mismas condiciones que las mayorías, y OBTIENEN mayores beneficios (económicos, por ejemplo). La masa social se ve desbordada ante ésta cantidad de nuevas apariciones y parece que si no perteneces a una de ellas no eres una persona con solidez de pensamiento, arcáica y retrógada.
Pongamos un ejemplo poco conocido, pero que la reflexión, creo, merece la pena.
Ahora que estamos en verano, surgen los problemas típicos de las playas: el nudismo. Los nudistas se extienden por todas las playas, incluso tienen zonas reservadas para su "actividad cultural", eso está muy bien... es más, hasta imponen sus propias leyes que no están aprobadas en ningún Congreso de Diputados ni nada, pero que si no las cumples eres considerado un delincuente, mirón, depravado, y mil cosas más: PROHIBIDO ACCEDER CON BAÑADOR: LA ÚNICA PRENDA DE VESTIR PERMITIDA ES UNA CINTA EN EL PELO. Todo lo que sea llevar más ropa, te puede suponer un varapalo, incluso llegando a la agresión física.
Sin embargo, en playas no acotadas para ésta actividad, los nudistas campan a sus anchas entre niños que, sorprendidos en muchos casos, preguntan a sus padres, o señalan con el dedo, provocando una mueca de rechazo de la persona nudista. En eso son intransigentes los nudistas: en su zona, como ellos digan has de ir, pero fuera de ella, como ellos digan irán.
Surge, ante éste problema, un movimiento, hace unos cuatro años, reclamando zonas familiares en las playas para que las familias puedan ir con los niños sin que éstos sean agredidos visualmente por los nudistas. Éste movimiento tiene hasta una página web: http://playasfamiliares.org.
¿Realmente nos estamos volviendo locos?, ¿es necesario darle la vuelta a la sociedad de ésta manera?.