domingo, 6 de noviembre de 2016

EL NO Y EL SÍ

                                                     EL NO Y EL SÍ.


 Vaya por delante que este artículo no tiene intencionalidad política de ningún color, es fruto del razonamiento y de una actitud y talante democráticos.

Frente al No es No de algunos yo propongo y defiendo el Sí es SÍ:

Sí es sí a la democracia.
Sí es sí a la alternancia en el poder de forma pacífica.
Si es sí a la igualdad entre los españoles. (el término españoles comprende a mujeres y hombres).
Sí es sí a la solidaridad entre todas las Comunidades Autónomas.
Sí es sí a la convivencia en paz.
Sí es sí al consenso.
Sí es sí al respeto a la ley.
Sí es sí a la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial)
Sí es sí al derecho a la libertad de expresión.
Sí es sí al respeto a la opinión de los demás y a su derecho a defenderla.
Sí es sí a la libertad religiosa.
Sí es sí a la creación de empleo.
Sí es sí a un gran pacto de la Educación.
Sí es sí al derecho de los padres a elegir el Centro Educativo de sus hijos (hijos, quiere decir hijos e hijas y padres, madres y padres)
Sí es sí al derecho a una sanidad pública de calidad
Sí es sí a la libertad de elección de médico.
Sí es sí a la lucha contra la corrupción.
Sí es sí a la lucha contra el terrorismo sea cual ses su origen.
Sí es sí a la defensa de las victimas del mismo.
Sí es sí a la existencia de partidos políticos de distinto signo.
Sí es sí a que se consideren como adversarios no como enemigos.
Sí es sí a que defiendan sus posturas desde la No Violencia y la Paz.
Sí es sí al respeto al resultado de las urnas.
Sí es sí a la unidad secular de España.


Seguro que los lectores encontrarán más síes y quizás noes, pero éstos deben ser producto del razonamiento, no del empecinamiento.

martes, 1 de noviembre de 2016

LA MUERTE Y LA RESURRECCIÓN

                                             LA MUERTE Y LA RESURRECCIÓN

 
 
Hoy es el día de todos los Santos, aquellos que lo fueron aunque no estén en el santoral y mañana recordamos a todos nuestros difuntos. Por eso me parece oportuno hablar de la muerte, en primer lugar porque es lo único que tenemos seguro cuando venimos a este mundo. Cuando nacemos tenemos ante nosotros un abanico de posibilidades: podemos tener o no buena salud, permanecer solteros o casarnos, ejercer una profesión u otra y muchas cosas más y que tenemos que morir algún día. Pero todas ellas pueden o no pueden ocurrir, son contingentes, solamente la última es necesaria. No sabemos, afortunadamente ni el día ni la hora en que ocurrirá, pero sí sabemos que más tarde o más temprano llegará. Por eso como decía Heidegger no la podemos considerar como una amenaza, sino como algo propio de la vida que limita los días de nuestra existencia en este planeta. Pero ¿morimos en realidad, o es solamente un cambio de situación?
La doctora Kübler Roos en su libro La muerte un amanecer, dijo que la muerte no existe sino que es el paso de una situación a otra y basaba esta afirmación en la experiencia que durante cuarenta años mantuvo con moribundos y en las Experiencias Cercanas a la Muerte (E.C.M.) que muchos de sus pacientes le contaron. En el capítulo V de mi libro Vivimos y soñamos pero no morimos, hablo de este tema ampliamente. Hoy quiero hablar de algo que en distintas ocasiones me han preguntado algunos amigos.
Un compañero de profesión, me preguntó un día que no entendía lo de que Jesucristo descendió a los infiernos. Esta misma pregunta me la hizo tiempo después una amiga de la infancia. A ambos les contesté lo que dice el catecismo de la Iglesia Católica referente a los infiernos. Para los hebreos los infiernos eran y es el lugar de los muertos y lo llamaban sheol o hades. Si una persona no bajaba al hades, no se le consideraba muerta y esto se hacía a los tres días del fallecimiento. Por eso los apóstoles lo incluyeron en el Credo. Luego los infiernos que se mencionan en él no es el infierno que entendemos nosotros, sino el lugar de los muertos y con esto quedaba demostrado que de verdad Jesús murió en la cruz. Y ahora pienso yo que lo de resucitar al tercer día es porque antes no se podía considerar muerta a una persona y si no está muerta no puede resucitar. Pero, sigo pensando por mi cuenta, Jesucristo resucitó no al tercer día, sino en el mismo momento de morir, pero no se podía manifestar antes de esos días, porque la gente de la época diría que no había muerto. Las personas que han tenido una E.C.M., cuentan que de pronto se vieron fuera de sus cuerpos. Por eso Jesús le dijo a Marta que Él que creyera en Él aunque muriese jamás moriría porque Él lo resucitaría en el último día y para mí, el último día no es al final de los tiempos, sino el día que el cuerpo muere. Sé que esto le puede extrañar a muchas personas, pero es que la Biblia no hay que interpretarla de forma literal, sino alegórica, tal como indicaron Filón de Alejandría y San Ambrosio de Milán, cuyos sermones convirtieron al cristianismo a san Agustín. Por todo esto, cuando vayamos al cementerio a visitar las tumbas de nuestros familiares tenemos que pensar que, desde donde estén, verán y les gustarán las flores que dejemos en sus tumbas.

miércoles, 26 de octubre de 2016

EL PAPA Y LA INCINERACIÓN



                                        EL PAPA Y LA INCINERACIÓN




Vaya por delante que soy católico, apostólico romano y no sólo de nombre, sino practicante, pero no estoy de acuerdo con lo que el Papa Francisco acaba de ordenar en lo que se refiere a la cremación de los cadáveres humanos. Pienso que hay problemas más importantes y de enjundia en la Iglesia de hoy que éste de la cremación que, por otra parte, es una práctica cada vez más extendida. Si la información que yo he leído y escuchado es veraz, lo que ha dicho el Papa es lo siguiente:
  La iglesia solamente permite desde ahora la incineración siempre que las cenizas sean puestas en un panteón de un cementerio católico, prohibiendo cualquier rito religioso si las cenizas no se depositan así. Es decir si el cadáver de una persona es incinerado y la familia dispersa las cenizas en el mar, en algún campo o en algún lugar al que el difunto le tenía cariño por la causa que fuera, la Iglesia le niega un funeral. Igualmente ocurre si las cenizas las guarda la familia en la casa o las transforma en una joya para conservarla y tener siempre presente al familiar difunto. La verdad no entiendo esta decisión. Parece  que, según he oído esta mañana en la radio, el argumento esgrimido es que la incineración hace imposible la resurrección de los muertos.
En primer lugar, pienso que los muertos resucitan en el mismo momento de producirse la muerte y me baso en lo que han contado las personas que han tenido una Experiencia Cercana a la Muerte (E.C.M.). Por otra parte esta práctica se ha venido haciendo desde hace años y cada vez con más  frecuencia, práctica que los papas anteriores la han permitido sin poner ninguna traba. Papas de la categoría de san Juan Pablo II y de Benedicto XVI, por no remontarme más atrás. Pero es que hay más, san Pablo habla de cómo resucitan los muertos en el capítulo 15 de la primera carta a los Corintios, del  que reproduzco algunos fragmentos, por no hacer excesivamente extenso este artículo, pero que cualquier persona lo puede leer entero en su biblia:

  Tal vez alguno preguntará: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpo tendrán?» 36 ¡Vaya pregunta tonta! Cuando se siembra, la semilla tiene que morir para que tome vida la planta. 37 Lo que se siembra no es la planta que ha de brotar, sino el simple grano, sea de trigo o de otra cosa. 38 Después Dios le da la forma que él quiere, y a cada semilla le da el cuerpo que le corresponde. 39 No todos los cuerpos son iguales; uno es el cuerpo del hombre, otro el de los animales, otro el de las aves y otro el de los peces. 40 Del mismo modo, hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres(…)  Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible. 43 Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte. 44 Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo espiritual. (…) Quiero deciros, hermanos, que lo puramente material no puede tener parte en el reino de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.
51 Pero quiero que conozcáis el designio secreto de Dios: No todos moriremos, pero todos seremos transformados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados. 53 Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad”
        
            De acuerdo con esto tanto los huesos como las cenizas pueden ser transformadas en el cuerpo espiritual, que no es el mismo que el material. Los mismos evangelios demuestran esto; a Jesucristo no lo reconocían una vez resucitado, sencillamente porque su cuerpo se había transformado.  
        
    Además la incineración tiene ventajas como:

* La inhumación tradicional es una complicación del  proceso funerario.
* Evita el peligro de morir en la caja después de enterrado, si la muerte, como en los casos de catalepsia no se ha producido realmente. Ha habido muchos casos.
*  La cremación puede resultar más económica que los servicios de sepultura tradicionales.
* La cremación hace posible esparcir las cenizas sobre un área determinada, sin necesidad de ocupar un espacio dentro de un sepulcro o panteón.
* La cremación es preferible por razones ambientales. La  sepultura es fuente de ciertos contaminantes ambientales.
Actualmente  existe una alternativa poco practicada todavía que es la promación en la que en lugar de quemar el cuerpo, este es sometido a un enfriamiento extremo que cristaliza todos los tejidos y huesos, para luego convertirse en polvo.
            Por todas estas razones no entiendo la determinación del Papa, aunque es mi opinión puramente personal y como suele decirse: doctores tiene la Iglesia, pero creo que ésta tiene problemas más importantes que éste, que, además, es algo que se viene practicando cada vez más.


   


martes, 7 de junio de 2016

CARDENAL CAÑIZARES Y LA FAMILIA



                                CARDENAL CAÑIZARES Y LA FAMILIA
           
         
               Con independencia de que se esté o no de acuerdo con el contenido de la homilía del cardenal Cañizares en defensa de la familia, los ataques que este prelado está recibiendo son una muestra clara de falta de respeto a la libertad de expresión.  He leído la homilía entera y en ningún momento hay ataques para nadie; solamente hace una defensa de la familia y de su papel importante en la sociedad y en la vida del ser humano. Se puede estar o no de acuerdo con lo que dice, pero hay otras formas civilizadas para mostrar el desacuerdo  En una democracia las discrepancias se resuelven dialogando, no a través del linchamiento.
            Para significar la importancia de esta institución secular, os envío la última publicación en mi blog, que es un resumen del capítulo XVII de mi libro Vivimos y soñamos…, dedicado, precisamente a la institución familiar, aclarando, de antemano, que respeto la opinión de todas las personas que discrepen de lo que digo, precisamente por lo ya citado de la libertad de expresión.
         Que la familia es algo importante lo demuestra el hecho de que son varias las ciencias que a lo largo del tiempo se han ocupado y se siguen ocupando de ella: la Antropología, que estudia, entre otras cosas, las diversas formas en las que se ha presentado a lo largo de la Historia y de las que  en la actualidad se manifiesta. La Sociología que se ocupa de sus funciones; la Pedagogía, que estudia la influencia y la responsabilidad que tiene en la educación de los hijos y la Psicología que se preocupa de las repercusiones que pueda tener en lo relativo al desarrollo y formación de la personalidad de los niños y jóvenes. Si todas estas ciencias se ocupan del estudio de la familia, debe ser que ésta no es algo baladí de lo que se pueda prescindir con facilidad.          Veamos ahora, brevemente, lo que cada una de estas disciplinas nos dicen sobre la institución familiar.

         Para la Antropología, la familia es una unidad social en la que el ser humano pasa una gran parte de su vida; y esto ocurre, tanto en las sociedades primitivas como en las civilizadas. Esta unidad social se encarga de su cuidado desde el nacimiento: lo alimenta, lo protege de cualquier peligro, lo atiende cuando está enfermo e incluso lo acompaña en la muerte, guarda luto por él y se preocupa de que tenga unos ritos fúnebres adecuados. En la actualidad, este cuidado comienza incluso antes del nacimiento, con la estimulación sensitiva que se realiza durante el embarazo, ya que a partir de los cinco meses de gestación, el feto puede distinguir unos sonidos de otros. La Antropología nos habla también de las distintas clases de familia, que no expongo aquí para no alargar el artículo, pero que cualquier persona interesada lo puede ver en mi libro.
        La sociología, de acuerdo con Musgrave (1972) le asigna las siguientes funciones: 
a) Funciones sexuales, que cubren las necesidades sexuales y reproductivas.
b)  Función de socialización,  al ser la familia el primer agente de socialización        
  c) Función económica, que  ha ido variando a lo largo del tiempo.
            La pedagogía, considera que la familia tiene una gran influencia en la educación de los hijos. Además de lo que ya se ha señalado al hablar de la socialización, ésta favorece o no la acción de la escuela, entendiendo por ésta cualquier centro educativo del nivel que sea. Pero esta influencia ha ido variando a lo largo del tiempo, porque la familia ha ido delegando en la escuela la funciones que en las sociedades primitivas eran competencia exclusiva de los padres.
            Esto demuestra, también, que la familia ha ido perdiendo parte de las funciones que primitivamente tenía, pero existen funciones de la familia que ninguna otra institución puede ni podrá asumir. El Profesor Quintana Cabanas las llama funciones inalienables, tales como:  
            En primer lugar, la de servir de refugio y descanso después de una agotadora jornada laboral o cuando se está sufriendo una situación  estresante. Es muy difícil encontrar fuera de la familia  otra institución que la sustituya en estas circunstancias.
            Otra función inalienable de la familia es la educadora, tal como hemos señalado más arriba.
            Por último la Psicología insiste en la influencia de la familia en la formación de la personalidad de los hijos, así como en la socialización, temas de los que ya hemos hablado al tratar de la influencia de aquella en la educación.        













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CARDENAL CAÑIZARES Y LA FAMILIA



                                 CARDENAL CAÑIZARES Y LA FAMILIA
           
             
                 
                
                Con independencia de que se esté o no de acuerdo con el contenido de la homilía del cardenal Cañizares en defensa de la familia, los ataques que este prelado está recibiendo son una muestra clara de falta de respeto a la libertad de expresión.  He leído la homilía entera y en ningún momento hay ataques para nadie; solamente hace una defensa de la familia y de su papel importante en la sociedad y en la vida del ser humano. Se puede estar o no de acuerdo con lo que dice, pero hay otras formas civilizadas para mostrar el desacuerdo  En una democracia las discrepancias se resuelven dialogando, no a través del linchamiento.
            Para significar la importancia de esta institución secular, escribo un resumen del capítulo XVII de mi libro Vivimos y soñamos…, dedicado, precisamente a la institución familiar, aclarando, de antemano, que respeto la opinión de todas las personas que discrepen de lo que digo, precisamente por lo ya citado de la libertad de expresión.
         Que la familia es algo importante lo demuestra el hecho de que son varias las ciencias que a lo largo del tiempo se han ocupado y se siguen ocupando de ella: la Antropología, que estudia, entre otras cosas, las diversas formas en las que se ha presentado a lo largo de la Historia y de las que  en la actualidad se manifiesta. La Sociología que se ocupa de sus funciones; la Pedagogía, que estudia la influencia y la responsabilidad que tiene en la educación de los hijos y la Psicología que se preocupa de las repercusiones que pueda tener en lo relativo al desarrollo y formación de la personalidad de los niños y jóvenes. Si todas estas ciencias se ocupan del estudio de la familia, debe ser que ésta no es algo baladí de lo que se pueda prescindir con facilidad. Veamos ahora, brevemente, lo que cada una de estas disciplinas nos dicen sobre la institución familiar.

         Para la Antropología, la familia es una unidad social en la que el ser humano pasa una gran parte de su vida; y esto ocurre, tanto en las sociedades primitivas como en las civilizadas. Esta unidad social se encarga de su cuidado desde el nacimiento: lo alimenta, lo protege de cualquier peligro, lo atiende cuando está enfermo e incluso lo acompaña en la muerte, guarda luto por él y se preocupa de que tenga unos ritos fúnebres adecuados. En la actualidad, este cuidado comienza incluso antes del nacimiento, con la estimulación sensitiva que se realiza durante el embarazo, ya que a partir de los cinco meses de gestación, el feto puede distinguir unos sonidos de otros. La Antropología nos habla también de las distintas clases de familia, que no expongo aquí para no alargar el artículo, pero que cualquier persona interesada lo puede ver en mi libro.
        La sociología, de acuerdo con Musgrave (1972) le asigna las siguientes funciones: 
a) Funciones sexuales, que cubren las necesidades sexuales y reproductivas.
b)  Función de socialización,  al ser la familia el primer agente de socialización        
  c) Función económica, que  ha ido variando a lo largo del tiempo.
            La pedagogía, considera que la familia tiene una gran influencia en la educación de los hijos. Además de lo que ya se ha señalado al hablar de la socialización, ésta favorece o no la acción de la escuela, entendiendo por ésta cualquier centro educativo del nivel que sea. Pero esta influencia ha ido variando a lo largo del tiempo, porque la familia ha ido delegando en la escuela la funciones que en las sociedades primitivas eran competencia exclusiva de los padres.
            Esto demuestra, también, que la familia ha ido perdiendo parte de las funciones que primitivamente tenía, pero existen funciones de la familia que ninguna otra institución puede ni podrá asumir. El Profesor Quintana Cabanas las llama funciones inalienables, tales como:  
            En primer lugar, la de servir de refugio y descanso después de una agotadora jornada laboral o cuando se está sufriendo una situación  estresante. Es muy difícil encontrar fuera de la familia  otra institución que la sustituya en estas circunstancias.
            Otra función inalienable de la familia es la educadora, tal como hemos señalado más arriba.
            Por último la Psicología insiste en la influencia de la familia en la formación de la personalidad de los hijos, así como en la socialización, temas de los que ya hemos hablado al tratar de la influencia de aquella en la educación.        













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viernes, 15 de abril de 2016

¿ESCUELA PÚBLICA O ESCUELA PRIVADA?






            Este es un  tema de discusión constante, que en estos días ha salido de nuevo a la palestra con motivo de la petición de derogación de la LOMCE. El tema de la discusión de escuela pública o privada es recurrente para los políticos. No voy a entrar en hacer valoraciones sobre uno y otro modelo de escuela, entre otras cosas porque yo he sido funcionario de la primera, tanto en Primaria como en Media, ahora Secundaria. La calidad de una escuela está en función de su profesorado, sus equipos directivos y sus recursos, pero  sin olvidar la importancia de la implicación de la familia que es la primera educadora.  Es en ésta donde los niños, y al decir niños me refiero a los dos sexos, empiezan la socialización y aprenden los primeros valores. Los profesores, tanto de una como de otra escuela, suelen ser profesionales bien preparados, sobre todo los de la pública que han tenido que superar una oposición para serlo, eso no quiere decir que los de la privada lo estén menos. El Problema es que con demasiada frecuencia, en ambos modelos, pero sobre todo en la pública, no los dejan ejercer debidamente sus funciones, por lo que poco pueden hacer.
            Hace unos años un amigo, con el que coincidí en el autobús, se me quejaba de que el Gobierno subvencionara los colegios concertados, que como todo el mundo sabe son colegios privados, seglares o religiosos a los que acuden alumnos de distintas procedencias sociales. Tienen que pagar algo, pero no mucho. Pues bien este amigo que se quejaba de la subvención resulta que tenía a su hija en un colegio, no concertado, sino privado total, es decir un colegio en el que la administración educativa no tiene mucha autoridad, porque son empresas privadas, sin ningún tipo de ayuda de los gobiernos. Otro, y éste tenía un cargo importante en Educación, se quejaba de la enseñanza religiosa pero tenía a sus hijas en un colegio de monjas. ¿Cómo se entiende esto?
            A ambos  les contesté que la escuela privada era muy fácil eliminarla, sin que nadie se pudiera ofender ni siquiera protestar ni acudir a ningún tribunal. Me preguntaron que cómo era eso posible y les dije sencillamente, que  dando calidad en la pública. Si tuviéramos una escuela pública de calidad, pocos padres llevarían a sus hijos a la escuela privada. Y si no la tenemos no es por falta de medios, pues se gasta mucho dinero en educación, muy mal gastado, pero se gasta. Podría poner muchos ejemplos, pero este artículo se alargaría demasiado. Sólo quiero señalar qué hay que hacer, a mi modesto saber y entender, para que una escuela sea de calidad.
            En primer lugar devolverles la autoridad a los profesores y a los padres, digo autoridad, no autoritarismo. La autoridad es  El atributo de gobierno que algunas personas tienen por razón de su situación, de su saber o de alguna cualidad, o por el consentimiento de los que voluntariamente se someten a ellas: la autoridad de los padres, del jefe, del médico, del profesor, etc. Hay más acepciones de este término, pero esta es la que mejor se adecúa al tema que estamos tratando.
Mientras que el autoritarismo  Es la sumisión incondicional a la autoridad  o dicho de otra forma, el abuso de ella.
            He hecho esta distinción, porque hay muchas personas que confunden los dos conceptos. La autoridad es necesaria, tanto en la familia, como en un centro escolar, como en un país o como en un centro de trabajo. Sin autoridad ninguna de estas instituciones puede funcionar correctamente. El autoritarismo, por el contrario no solamente no es necesario, sino que es perjudicial. Unos padres autoritarios no educan a sus hijos en la libertad, y les obligan, indirectamente, a mentir, para evitar castigos motivados por su abuso de autoridad. Lo mismo ocurre con los profesores o con los gobernantes autoritarios.
            Consecuencia del autoritarismo es el dejar hacer, el relativismo cultural que ahora impera. Tanto el autoritarismo, como el relativismo son dos vicios y como decía Aristóteles en medio de ellos está la virtud. Pues bien el justo medio entre el autoritarismo y el relativismo, es la autoridad. Y como estamos hablando de escuela, los alumnos quieren profesores y padres con autoridad, porque les inspiran confianza y seguridad. Si esto fuera una charla y no un artículo, contaría anécdotas reales con nombres y apellidos que demuestran lo que acabo de decir. Pues bien, uno de los problemas, quizás el mayor, del fracaso de la escuela, no del escolar, es la falta de autoridad de padres y profesores. Por eso he señalado la necesidad de devolvérsela para tener una escuela eficaz.
            En segundo lugar, fijar unas normas, pocas pero claras y posibles de respetar y que sean de obligado cumplimiento para todos: padres, hijos, profesores y alumnos.. Yo no le puedo decir a un alumno que no fume en el pasillo, si yo estoy fumando en él. Estas normas, en la medida de lo posible pueden ser elaboradas y consensuadas por todos. Se puede hacer y da resultado.
            En tercer lugar, liberar al profesorado de la cantidad de papeleo y de reuniones que  no sirven para nada, salvo para disimular el fracaso de la escuela. Se les obliga a hacer unas programaciones que no les sirven porque no se ajustan a la realidad, pero que les hace perder un tiempo que es de los alumnos. Lo mismo ocurre con el exceso de reuniones.
            Por último que los cargos directivos sean ocupados por los que demuestren más capacidad pedagógica y social y que la inspección se dedique a sus funciones, es decir: vigilar orientando cuando sea necesario. Un amigo inspector que ha ocupado puestos importantes en política, le dijo al Consejero de Educación que les pagaban como a coroneles, pero les encargaban tareas de sargento. Un inspector, no está para contar niños, ni apagar fuegos, sino para asesorar al profesorado y para vigilar que el Sistema Educativo funcione.
            Se podría decir muchas más cosas, pero como he dicho resultaría un artículo demasiado extenso.