CARDENAL
CAÑIZARES Y LA FAMILIA
Con independencia de que se esté o no de acuerdo con el
contenido de la homilía del cardenal Cañizares en defensa de la familia, los
ataques que este prelado está recibiendo son una muestra clara de falta de respeto
a la libertad de expresión. He leído la
homilía entera y en ningún momento hay ataques para nadie; solamente hace una
defensa de la familia y de su papel importante en la sociedad y en la vida del
ser humano. Se puede estar o no de acuerdo con lo que dice, pero hay otras
formas civilizadas para mostrar el desacuerdo
En una democracia las discrepancias se resuelven dialogando, no a través
del linchamiento.
Para significar la importancia de esta institución
secular, escribo un resumen del
capítulo XVII de mi libro Vivimos y soñamos…, dedicado, precisamente a la
institución familiar, aclarando, de antemano, que respeto la opinión de todas
las personas que discrepen de lo que digo, precisamente por lo ya citado de la
libertad de expresión.
Que la
familia es algo importante lo demuestra el hecho de que son varias las ciencias
que a lo largo del tiempo se han ocupado y se siguen ocupando de ella: la Antropología, que estudia, entre otras cosas,
las diversas formas en las que se ha presentado a lo largo de la Historia y de
las que en la actualidad se manifiesta.
La Sociología que se ocupa de sus
funciones; la Pedagogía, que estudia
la influencia y la responsabilidad que tiene en la educación de los hijos y la Psicología que se preocupa de las
repercusiones que pueda tener en lo relativo al desarrollo y formación de la
personalidad de los niños y jóvenes. Si todas estas ciencias se ocupan del
estudio de la familia, debe ser que ésta no es algo baladí de lo que se pueda
prescindir con facilidad. Veamos
ahora, brevemente, lo que cada una de estas disciplinas nos dicen sobre la
institución familiar.
Para la Antropología, la familia es una
unidad social en la que el ser humano
pasa una gran parte de su vida; y esto ocurre, tanto en las sociedades
primitivas como en las civilizadas. Esta unidad
social se encarga de su cuidado desde el nacimiento: lo alimenta, lo
protege de cualquier peligro, lo atiende cuando está enfermo e incluso lo
acompaña en la muerte, guarda luto por él y se preocupa de que tenga unos ritos
fúnebres adecuados. En la actualidad, este cuidado comienza incluso antes del
nacimiento, con la estimulación sensitiva que se realiza durante el embarazo,
ya que a partir de los cinco meses de gestación, el feto puede distinguir unos
sonidos de otros. La Antropología nos habla también de las distintas clases de
familia, que no expongo aquí para no alargar el artículo, pero que cualquier
persona interesada lo puede ver en mi libro.
La sociología,
de acuerdo con Musgrave (1972) le asigna las siguientes
funciones:
a) Funciones sexuales, que cubren las necesidades sexuales y
reproductivas.
b)
Función de socialización, al ser la familia el primer agente de socialización
c) Función económica, que ha ido variando a lo largo del tiempo.
La
pedagogía, considera que la familia tiene una gran influencia en la
educación de los hijos. Además de lo que ya se ha señalado al hablar de la
socialización, ésta favorece o no la acción de la escuela, entendiendo por ésta
cualquier centro educativo del nivel que sea. Pero esta influencia ha ido
variando a lo largo del tiempo, porque la familia ha ido delegando en la
escuela la funciones que en las sociedades primitivas eran competencia
exclusiva de los padres.
Esto demuestra, también, que la
familia ha ido perdiendo parte de las funciones que primitivamente tenía, pero
existen funciones de la familia que ninguna otra institución puede ni podrá
asumir. El Profesor Quintana Cabanas las llama funciones inalienables, tales como:
En
primer lugar, la de servir de refugio y descanso después de una agotadora
jornada laboral o cuando se está sufriendo una situación estresante. Es muy difícil encontrar fuera de
la familia otra institución que la
sustituya en estas circunstancias.
Otra
función inalienable de la familia es la educadora, tal como hemos señalado
más arriba.
Por
último la Psicología insiste en la influencia de la familia en la formación
de la personalidad de los hijos, así como en la socialización, temas de los que
ya hemos hablado al tratar de la influencia de aquella en la educación.
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