AL
GLORIOSO PATRIARCA SAN JOSÉ
El Ser Supremo
quería,
buscar
en la Tierra un hombre,
para su
madre María,
cuando
se quiso encarnar.
Tenía
que ser hombre bueno,
el mejor
de los mejores,
para su
muy santa madre,
que virgen siempre lo fue.
Y es que su madre querida,
no lo
podía ser soltera,
por eso
necesitaba,
además
de ser casada,
mantenerse virginal.
Buscó entre muchos
varones,
de aquella
Tierra Sagrada,
al que
pudiera aceptar,
este
honor tan principal.
Buscó en
todos los rincones,
Cuál de ellos podría ser,
y al
final fue un carpintero,
que se
llamaba José.
¡ Qué
bueno sería éste,
cuando por
Dios fue elegido,
para
que fuera su padre,
en este
mundo perdido!
¿Podrá
Dios negarle algo,
al glorioso san José?
Ya santa Teresa dice,
en el
Libro de su Vida,
no recordar una
cosa,
que
pedida a san José,
no le
fuera concedida.
Y que si alguien no lo cree,
que haga
la prueba y le pida,
pero eso
sí: que sea lo que sea que pida,
ha de pedirlo con fe.
Y yo también
lo confirmo,
pues Dios
no le niega nada,
a quien
su padre aquí fue.
Y es por eso que de todos los del
cielo
el santo más
poderoso,
es el
humilde y honrado,
carpintero
san José.