MÉTODO SENCILLO DE ESTUDIO
Estamos comenzando un nuevo curso escolar y como uno
de los problemas que tienen los alumnos de cualquier nivel es que no saben
estudiar, presento este método sencillo, con el que los padres pueden ayudar a
sus hijos (al decir hijos me refiero también a las hijas) en el estudio. Está
adaptado del último capítulo de mi libro
Abuelo cuéntame. Consiste en lo
siguiente:
Observar las siguientes siete
reglas que san Bernardino de Siena le dio a los estudiantes y profesores
de la universidad de esta ciudad, en junio de 1427, pero que todavía tienen
plena vigencia. Estas son: La afición por el estudio, Prescindir de
algunas cosas, Tranquilidad, Orden, Perseverancia,
Discreción y Satisfacción.
En primer lugar, los niños han de tener afición por el estudio, porque no
se puede estudiar de una forma seria, si antes no adquirimos el aprecio por el
estudio y el saber. Si no queremos una cosa es muy difícil que la adquiramos, ¿
comprarían algo que no les gustara?,
¿verdad que no?. Pues con el conocimiento ocurre lo mismo, si no se aprecia el
saber, nadie se molestará en adquirirlo y no olvidemos que Aristóteles decía
que “ Es indigno del hombre no ir en busca de una
ciencia a la que puede aspirar”. La
primera actitud ha de ser, por lo tanto, una actitud abierta hacia el estudio. Pensar
que el que sabe disfruta con lo que otras personas, de épocas anteriores o
actuales, han descubierto, imaginado, escrito, etc y, además de disfrutar, el
saber cosas puede resultar de mucha
utilidad en su vida, cuantas más sepa, mejor . Esto solamente lo pueden hacer
los hombres; los animales no pueden aprender de sus antepasados ni de sus
contemporáneos.
En segundo lugar, ha de aprender a prescindir de algunas cosas. Hay muchas
cosas que dificultan el estudio, que interfieren en él. Estas cosas son, en
primer lugar la televisión. La televisión es un buen medio educativo si se ven
programas adecuados y durante un tiempo razonable, pero no puede estar todo el
día viéndola. Tiene que separarte de algunas cosas si de verdad quiere aprender.
De todas formas ha de saber que organizándose bien hay tiempo para todo. En el
libro en el que las he aprendido se cuenta la siguiente anécdota:
Había un
saltimbanqui subido en una silla enseñando una caja cerrada a un grupo de
campesinos. El saltimbanqui decía: " Aquí dentro está el remedio más
eficaz contra las coces de mulo. Cuesta poco, muy poco y supone una
fortuna". Muchos de los asistentes le compraron la caja milagrosa, pero
solamente a uno le entraron ganas de abrirla allí mismo. Cuando la abrió encontró que lo que había en la caja famosa,
eran solamente dos metros de cuerda. Al
verlo alzó la voz para protestar diciendo: " Esto es un timo".
"Nada de timo, contestó el charlatán, tú aléjate del mulo la distancia de
esa cuerda y verás como no puede darte una coz". Tú como estudiante
debes separarte
En tercer lugar, ha de tener tranquilidad, porque
nuestra mente es como el agua que cuando está tranquila, es limpia, pero
cuando se remueve se enturbia. Esto
quiere decir que si cuando se siente a estudiar su mente está ocupada con otras
cosas, no la tendrá dispuesta para un aprendizaje eficaz. Cuando se ponga a
estudiar ha de olvidarse de las preocupaciones que tengas. Voy a dar un truco
que suele dar resultado: antes de iniciar el estudio que escriba en una hoja de
papel aquellas cosas que le preocupan o
que tiene que hacer también. Una vez escritas que anote cuando las va a
hacer o cuando va a pensar en ellas, es decir, que asigne un tiempo a cada
cosa. Hecho esto olvidarse de ellas diciendo, esto ahora no toca, ahora toca el
estudio, estas otras cosas las haré en su tiempo. Aunque no se lo crean da
resultado. Pero tiene que tener paciencia porque no es al momento, sino cuando
lo haya hecho varias veces. Después sale
ya de forma espontánea
La cuarta se refiere al Orden. En las cosas de la vida, tanto del cuerpo
como de la mente hay que guardar un equilibrio.(recordar lo que decía Aristóteles de la virtud) Pues eso, como
hemos dicho muchas veces, hay que comer,
pero ni mucho que nos produzca indigestión y pesadez, ni tan poco que nos
vayamos a desmayar. Hay que dormir, ni
poco ni mucho, pues si se duerme muchas horas uno se despierta con la mente
embotada; y si se duerme poco, no se
podrá concentrar. Por otra parte el espíritu tiene necesidad de orden; que no quiera abarcar mucho todo de un golpe y
en poco tiempo. Que organice el tiempo, (como luego veremos) antes de comenzar
cualquier tarea o actividad.
La quinta se refiere a la perseverancia (recordar lo de la golondrina de
Aristóteles. ¿Han observado alguna vez a las moscas? Si se fijan bien la mosca
apenas se posa sobre una flor, pasa muy
rápido sobre ella; el abejorro se detiene un poco más pero sólo porque le gusta
hacer ruido con las alas. Sin embargo la abeja, se detiene, liba a fondo el
néctar y nos regala la miel. Que no sea un
estudiante mosca o abejorro; debe
ser constantes como la abeja, que es la única de estos tres animales que
produce algo valioso. Lo importante no, es terminar pronto, sino hacer las
cosas bien.
La sexta que se refiere a la Discreción, es decir, que vayas a su ritmo, no al de otra persona,
sea más rápido o más lento, sino al suyo y que no se preocupe del tiempo que
tarden los demás, sino de medir sus fuerzas y trabajar con constancia como nos
dice la regla anterior. Que tampoco empiece varias cosas a la vez, sino cada
una a su tiempo, como dije antes. Por
último la séptima se refiere a la Satisfacción, es decir, estudiar con agrado,
deleitándose en lo que aprenda, sacándole gusto. El gusto por el estudio no se
tiene al principio, sino que va llegando poco a poco. Al comenzar siempre surge
algún obstáculo: la pereza que hay que superar, actividades más agradables que le
atraen (TV, paseo, maquinita, etc), dificultad de la materia; pero tiene que
tener paciencia, el gusto por el estudio llega más tarde, en forma de premio
por el esfuerzo realizado. El buey primero come y traga y después es cuando
rumia poco a poco tumbado en la hierba del prado.
Ahora vamos a ver como se puede organizar el tiempo:
Es muy fácil, en primer lugar hay que diferenciar entre el tiempo de un
trimestre y el de cada día. Empecemos por el del trimestre. Cuando comience
uno, que coja un almanaque y cuente los
días de cada mes del trimestre, pero solamente contando de lunes a viernes,
pero sí los días festivos que haya entre semana, y que los anote en su
cuaderno, para que lo tenga siempre a mano. Vamos a suponer que estamos en el
primer trimestre del curso que suele empezar el 15 de septiembre. Pues bien
contamos los días de lunes a viernes que hay del 15 al 30 de septiembre. Más o
menos 10 días. Después contamos los de octubre, unos 23 días, luego los de
noviembre, 21 días y por último los de diciembre hasta el día 22 que suelen
empezar las vacaciones de Navidad, 15 días. Tenemos en total: 69 días. A estos
le quitamos un 10% para imprevistos, o sea 7 días. Nos quedan: 62 días. Ahora que coja cualquier libro y cuente
las hojas que se suelen dar en un trimestre (lo puede saber preguntando a los
profesores cuantos temas o lecciones van a dar en cada asignatura). Vamos a
suponer que en una asignatura den cuatro temas por trimestre y que cada tema
tiene 5 hojas. Tiene en total 4x5= 20 hojas (cuarenta páginas). Si divide las
20 hojas entre los 62 días resulta que en esa asignatura tiene que estudiar
cada día 0,32 parte de hoja, es decir ni una página. Suponiendo que tenga 5
asignaturas diarias serían 1,6 hojas. Es decir, una hoja y media diaria. Pero
claro, tiene que empezar a estudiar desde el primer día sin pasar ni uno. El
sábado y el domingo que los dedique a descansar y a repasar lo que haya
estudiado en la semana, pero repasar es más fácil que estudiar. Ahora hay que
tener en cuenta los imprevistos que son cosas que pueden suceder, pero que no
lo sabemos. Por
ejemplo ha previsto estudiar todos los
días, pero resulta que un día le duele la cabeza, pues eso es un imprevisto y
no se debes angustiar, porque ya los ha tenido en cuenta. Sigue teniendo 62
días
Ya hemos organizado el tiempo de un trimestre, ahora lo haremos con el
tiempo de un día, estableciendo un horario de estudio diario. Hay dos
alternativas: Supón que sales del
colegio a las cuatro de la tarde y te acuestas a las nueve y media, voy a
suponer que llegas a casa a las cinco media, con lo que tienes cuatro horas que
puedes distribuir de las formas siguientes. Si llegas antes de las cinco y
media, tiempo que ganas para el
descanso.
- 1ª)
- De 5,30 a 6, 30 Descanso, Tele,
merienda, etc
- De 6,30 a 7 Primera
sesión de tareas
- De 7 a 7,30 Segunda
sesión de tareas
- De 7,30 a 7,40 Descanso
- De 7,40 a 8,25 Tercera sesión de
tareas
- De 8,25 a 9,30 Descanso y cena
- Como
ves tienes 1 hora y 45 minutos para hacer las tareas y 2horas y 16 minutos de
descanso, Llamaremos tareas a todo lo que tengas que hacer, ya sea estudiar una
lección, leer algo que te hayan mandado en el colegio, como hacer ejercicios de
matemáticas o de lenguaje. Es decir todo lo que tengas que hacer. Lo puedes
llamar también deberes, es igual.
- 2ª)
- De 5,30 a 6, 30 Descanso, Tele,
merienda, etc
- De 6,30 a 7,15 Primera sesión
de tareas
- De 7,15 a 7,20 Descanso
- De 7,20 a 8,05 Segunda sesión de
tareas
- De 8,05 a 8,10 Descanso
- De 8,10 a 8,55 Tercera sesión de
tareas
- De 8,55 a 9,30 Descanso y cena
En esta alternativa tiene tres sesiones de
tareas de 45 minutos cada una que son 2 horas y 15 minutos y 1 hora y 45
minutos de descanso. De todas formas a medida que vaya avanzando en los cursos,
necesitará más tiempo, pero el esquema es el mismo: sesión de tareas o estudio,
descanso, sesión de tareas o estudio, descanso, etc.
Ya hemos organizado el tiempo de un trimestre y el de un día. Ahora vamos
a ver cómo estudiar con eficacia:
Para ello se ha de comenzar con la tarea que le resulte ni la más fácil
ni la más difícil, es decir aquella de una dificultad intermedia. Que continúe
con la más difícil y termine con la más fácil. Esto tiene su explicación:
Cuando empieza tiene que ir calentando motores, de ahí de escoger la de
dificultad intermedia, porque si coge la más fácil los motores tardan más en
calentarse y si elige la más difícil le costará más trabajo. Cuando ya esté
metido en la tarea, que haga la más
difícil, dejando la más fácil para el final que es cuando estará más cansado.
Con esto el niño ya sabe el orden en el que tiene que estudiar las
asignaturas en función de su dificultad, Para estudiar una lección sin que se
aburra tiene que:
Tener a mano todas las cosas
que vaya a necesitar, como son: un lápiz rojo (lápiz, no bolígrafo), una goma
de borrar, una hoja de papel en blanco y el diccionario. El lápiz le servirá
para subrayar; la goma para borrar; la hoja en blanco para escribir las
palabras que no entienda y el diccionario para buscarlas. Además, es recomendable
que antes de ponerte a estudiar haga 10 ó 15 minutos de calentamiento mental, porque de la misma manera que los deportistas
tienen que hacer ejercicio para calentar los músculos, el estudiante tiene que
calentar las neuronas.
Para eso se pueden utilizar pasatiempos como: un crucigrama, un juego de los errores, un
jeroglífico, etc. En los quioscos y librerías venden unas revistas donde vienen
muchos. Como los hay de muchos niveles, se debe comenzar por los más sencillos
y poco a poco se van complicando.(los padre
pueden ayudar al principio). Hecho esto vamos ya al método de estudio
que tiene los siguientes pasos:
1º) Hacer una lectura rápida pero comprensiva de la lección. Rápida
quiere decir que no tiene que preocuparse por aprender nada de memoria y
comprensiva que tiene que entender lo que lea. Si hay alguna palabra que no
sabe lo que significa, que la busques en el diccionario y la escriba con su
significado en la hoja en blanco. Al final se dirá lo que tiene que hacer con
ella. En esta primera lectura no tiene que aprender nada de memoria, así que si
cuando estés leyendo un renglón no se acuerdas de lo que has leído antes, que no se preocupe y siga leyendo. El único
cuidado que tiene que tener en esta lectura es entender todas las palabras y
buscar, como he dicho, las que no
entienda..
2º) Cuando termine la primera lectura que
comience a leer de nuevo la lección. Esta vez más despacio y subrayando
con el lápiz rojo lo que le parezca más
importante. Tampoco tiene que memorizar nada. Al principio subrayará mucho,
pero cuando lleve un mes con este método subrayará mucho menos, porque habrá
aprendido a descubrir las ideas importantes de la lección. Es decir, aquello
que si se quita no se entiende nada
3º) Una vez terminada la segunda
lectura, que la lea de nuevo. Esta vez borrando parte de lo que has subrayado,
que ya no le parece tan importante. Como acabo de decir, al principio subrayará
mucho en la segunda lectura y borrará poco en la tercera, pero, poco a poco,
irá subrayando menos en la segunda y borrando más en la tercera. Tampoco tiene
que memorizar nada.
Como se ve ves el niño ha leído tres veces la lección y no ha tenido que
aprendértela de memoria.
4º) Ahora en el cuaderno que tenga para la asignatura que esté estudiando
ha de escribir solamente lo que ha subrayado. Si al leerlo lo entiendes es que
el subrayado está bien hecho. Es decir que ha sacado las ideas principales de
la lección. Eso es lo único que tiene que aprender de memoria. Pero enseguida
se dará cuenta que cuando llegue a esta fase, prácticamente ya se la sabe ya y,
además, la ha aprendido de una forma entretenida. Esto que ha subrayado y
estudiado es el resumen de la lección. Así cuando tenga algún examen solamente
tiene que leer estos y como los has hecho él y son cortos, en poco tiempo puede
hacer un repaso de lo que se vayas examinar. Y, de este resumen puede hacer un
esquema destacando las palabras o frases que le recuerden todo lo demás.
Hasta aquí el método para estudiar una lección. Ahora explico lo que
tiene que hacer con las palabras que ha ido buscando en el diccionario y
escribiendo en la hoja en blanco.
Hay unos cuadernos que tienen las letras del alfabeto, como las agendas
para apuntar los teléfonos. Se llaman cuadernos índice. Bueno pues en un
cuaderno índice, cada vez que estudie una lección y, después de hacer el
resumen, que escriba las palabras que ha
buscado. Cuando tenga ya quince o veinte, que las lees todos los días una vez.
Leerlas, no aprenderlas de memoria. Esto lo conseguirá sin darte cuenta en
cuanto lleve unos días leyéndolas. De esta forma irá incorporando cada vez más
palabras a su vocabulario y así tendrá que buscar menos cuando lea, porque cada
vez conocerá más palabras.
En cuanto a los problemas, lo
primero que tiene que hacer es leerlo bien para enterarse qué pide. Voy a poner un ejemplo para que lo
entienda mejor. Que se imagine el
siguiente problema.
Una señora va al supermercado y
compra dos litros de leche que cuestan cada uno 0,80 €; tres kilos de tomates
que cuesta cada uno 1,20 € y dos kilos de plátanos que cuesta cada uno, 1,35€.
En la caja la señora paga con un billete de 20 €. ¿Cuánto le tiene que devolver
la cajera?
Lo primero que hay que hacer es leer bien el problema e ir anotando los
datos que nos dan y los que nos piden, así:
Datos que nos dan
Datos que nos piden
. dos litros de
leche a 0,80 cada uno ¿Cuánto dinero le
tiene
. tres kilos de
tomates a 1,20 cada uno
que devolver la cajera?
. dos kilos de
plátanos a 1,35 cada uno
. la persona
paga con un billete 20 €
Ya tenemos claros los datos que
nos dan y lo que nos piden. Ahora tenemos que decidir qué operaciones hay que
hacer para resolver el problema, que son:
Multiplicar los litros de leche que compra por su precio
Multiplicar los kilos de tomates
que compra por su precio
Multiplicar los kilos de plátanos que compra por su precio
Sumar las cantidades que resultan de estas operaciones
Restar la cantidad que salga de la suma de los 20 € que dio la persona
para pagar. Este es un problema muy sencillo, pero el esquema sirve para todos.
Con este método no se aburrirás estudiando, sino todo lo contrario le
resultará entretenido y el tiempo se le pasará rápido. Además, poco a poco, le
irá cogiendo gusto al saber, como decíamos al hablar de la primera regla de san
Bernardino. Pero, repito, tiene que tener paciencia pues este método no es la
purga de Benito, sino que comienza a dar resultado cuando lleve veinte o
treinta días practicándolo.