domingo, 26 de febrero de 2012

LA MUJER DEL CÉSAR



No me gustaría estar en el pellejo del Sr. Urdangarín pues, aunque el juez aún no ha dictado sentencia alguna, el juicio mediático y la propia sociedad ya lo han condenado. Este señor, que está imputado, por suponerle la comisión de graves delitos, tiene el derecho a la presunción de inocencia. Toda persona imputada de algún delito, es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Pero hay casos en los que, aunque no se niegue ese derecho de iure, de facto lo tienen perdido. Esa es la servidumbre que conlleva ser famoso o importante. El Sr. Urdangarín está casado con una Infanta de España y, por lo tanto, es yerno del Rey. Las personas, cuanto más importantes son, más cuidado deben tener con lo que hacen.

Plutarco cuenta que un patricio romano de nombre Publio Clodio Pulcro que estaba perdidamente enamorado de Pompeya, la esposa de Julio César, durante una fiesta entró en su casa disfrazado, pero fue descubierto y detenido. Julio César, aunque estaba seguro de la fidelidad de Pompeya, la repudió alegando “ que la mujer del César no sólo ha de ser honesta, sin parecerlo”. Por eso las personas que tienen algún cargo importante han de tener un exquisito cuidado en todo lo que hacen así como en elegir las compañías. El Sr. Urdangarín no ha tenido en cuenta esta famosa frase y se ha metido en negocios, al parecer, poco limpios. Por eso se ve ahora en este lío. Si esto le ocurre a una persona cualquiera, puede ser culpable o inocente, pero sí es inocente y la justicia así lo declara, nadie va a dudar de esa inocencia, pero el caso del yerno del Rey es más complicado, porque:

Si es inocente y así lo declara el juez, se puede pensar que ¡claro cómo iban a condenar al yerno del Rey!

Si es culpable pero la condena es leve, se va a pensar lo mismo.

Solamente si es culpable y la condena es ejemplar, será acatada sin comentarios.

Por eso comencé diciendo que no me gustaría estar en su pellejo y es que, Sr. Urdangarín: la esposa de César, no sólo ha de ser honesta, sino también parecerlo. Por eso, ocurra lo que ocurra en el juicio, tenga presente en lo sucesivo esta frase. Usted es joven y tiene mucha vida por delante, así que no vuelva a tropezar con la misma piedra. Yo como español le deseo que todo le salga bien. Pero aunque así sea, le costará trabajo recuperar el prestigio perdido, eso no quiere decir que no lo pueda conseguir a base de paciencia y esfuerzo.