Hace unos meses, cuando estaba el caso Gürtel en el candelero, una mañana, mientras compraba el cupón de la O.N.C.E., escuché la conversación que dos obreros que allí estaban mantenían sobre la clase política española actual. ¡Todos son iguales! decían, así que de quien nos vamos a fiar. Había varias personas esperando para comprar el citado cupón, así que tuve tiempo de seguir su conversación que terminaron con la siguiente reflexión: Tenía que venir otro Franco que quitara a toda esta mancha de…..No quiero reproducir el calificativo que les dieron. Esto quedó así, y no volví a pensar en ello, ni siquiera lo comenté con nadie. Lo consideré solamente como un desahogo verbal de estos señores y nada más. Pero he aquí que esta misma mañana del día 1 de febrero de 2010 y mientras esperaba para utilizar un cajero automático sorprendí una conversación similar a la que acabo de citar. En este caso eran tres personas, obreros también. A juzgar por el uniforme que llevaban debían formar parte de una empresa de servicios y uno de ellos, el que llevaba la voz cantante, estaba diciéndoles a los otros dos que no le echaran la culpa solamente a Zapatero que los demás eran iguales y lo sorprendente es que llegaron a la misma conclusión: Otro Franco tenía que venir y quitarlos a todos. Llegó mi turno y allí los dejé con su conversación, cuyo tema era el aumento de la edad de jubilación propuesta por el Gobierno y la bajada de sueldos y pensiones que se ha conocido al final del primer mes del año. Yo me fui, pero esta vez, la conversación escuchada me hizo reflexionar.
La primera reflexión que me hice es que se observaba claramente un desencanto de la clase política actual. Estos señores, como los primeros, no le veían una salida democrática a la situación presente. Entonces me acordé de la época de la U.C.D. y de la oposición de entonces encabezada por Felipe González. En aquella época los españoles, con independencia del partido al que votásemos, veíamos claramente una alternativa. Si el Gobierno fallaba, sabíamos a quien votar. El resultado de las elecciones de 1982 demuestra palpablemente lo que digo. Ante una U.C.D. desecha, el pueblo se decidió por el P.S.O.E. y la democracia continuo sin problemas. Otro tanto ocurrió en los años 90 cuando los gobiernos de Felipe González empezaron a desencantar. El pueblo vio también una alternativa en José Mª. Aznar y se volvió a cambiar de gobierno sin ninguna clase de trauma. El problema de ahora, no es que el Gobierno lo haga mal, no voy a entrar en esa cuestión, sino que el pueblo está desorientado porque no ve una alternativa al ejecutivo actual. La oposición no convence. Y lo triste del caso es que el pueblo no vea otra salida a la presente situación que una Dictadura.
Yo no soy político, ni he pretendido hacer política con este artículo, simplemente hacer unas reflexiones sobre dos conversaciones espontáneas de personas del pueblo, con el fin de que si llegan a oídos de los políticos, reflexionen a su vez, y rectifiquen, porque sería muy triste volver para atrás y perder todo lo conseguido en estos últimos treinta y tres años.
El hecho de que el Sr. Rajoy no despegue de una manera clara en la intención de voto, y que siga puntuando por debajo del Sr. Zapatero e incluso de otros líderes políticos, avala lo que acabo de decir. Pienso que en la situación actual el partido de la oposición (el que fuera) debería obtener una ventaja mucho mayor sobre el Gobierno. Espero que reflexionen por el bien de la democracia.
La primera reflexión que me hice es que se observaba claramente un desencanto de la clase política actual. Estos señores, como los primeros, no le veían una salida democrática a la situación presente. Entonces me acordé de la época de la U.C.D. y de la oposición de entonces encabezada por Felipe González. En aquella época los españoles, con independencia del partido al que votásemos, veíamos claramente una alternativa. Si el Gobierno fallaba, sabíamos a quien votar. El resultado de las elecciones de 1982 demuestra palpablemente lo que digo. Ante una U.C.D. desecha, el pueblo se decidió por el P.S.O.E. y la democracia continuo sin problemas. Otro tanto ocurrió en los años 90 cuando los gobiernos de Felipe González empezaron a desencantar. El pueblo vio también una alternativa en José Mª. Aznar y se volvió a cambiar de gobierno sin ninguna clase de trauma. El problema de ahora, no es que el Gobierno lo haga mal, no voy a entrar en esa cuestión, sino que el pueblo está desorientado porque no ve una alternativa al ejecutivo actual. La oposición no convence. Y lo triste del caso es que el pueblo no vea otra salida a la presente situación que una Dictadura.
Yo no soy político, ni he pretendido hacer política con este artículo, simplemente hacer unas reflexiones sobre dos conversaciones espontáneas de personas del pueblo, con el fin de que si llegan a oídos de los políticos, reflexionen a su vez, y rectifiquen, porque sería muy triste volver para atrás y perder todo lo conseguido en estos últimos treinta y tres años.
El hecho de que el Sr. Rajoy no despegue de una manera clara en la intención de voto, y que siga puntuando por debajo del Sr. Zapatero e incluso de otros líderes políticos, avala lo que acabo de decir. Pienso que en la situación actual el partido de la oposición (el que fuera) debería obtener una ventaja mucho mayor sobre el Gobierno. Espero que reflexionen por el bien de la democracia.